El Banquete |
Ramona
Voluntariamente o no, estas obras de Anibal Garfunkel constituyen un campo sensible en el cual, tras la ironía y el desenfado que se percibe en una primera instancia, emergen, se cruzan y se desenvuelven con impetuoso y circular dinamismo, cuestiones que hacen a la cultura del alimento en general y a las profundas contradicciones que exhibe la actualidad de este fenómeno en nuestro territorio.
Como bien observa el investigador Martín Bruera en el texto de presentación, el acto depredatorio y animal de comer sufre una sublimación que lo enmascara y lo convierte en algo social, culto y hasta espiritual.
Entre ambos polos circulan la universalidad del hambre, los discursos construidos acerca del gusto y las políticas que regulan quienes estarán de un lado o de otro, pero también la visceralidad de lo revulsivo y el encanto del placer de un bocado o la sensualidad que se desprende de sus formas y aromas.
Este corrimiento que realiza Garfunkel de las refinadas veladuras que ocultan lo urgente, lo necesario y su intrínseca y no siempre reconocida violencia, es abordado con diferentes estrategias cuya efectividad varía en tanto habilitan canales asociativos con otras expresiones culturales o con la subjetividad e imaginación de quien es interrogado por las obras.
Es posible entonces, advertir en esta exhibición, un variado menú de collages en los que la historia de las imágenes se entremezcla con ¿apetecibles? recortes vacunos que adquieren aspectos antropomórficos, o esculturas de cerdos y peces de rasgos siniestros y desesperados que denuncian con espíritu lúdico este carácter bifronte del acto alimenticio.
En la serie denominada Asado al Asador la referencia a nuestro himno nacional culinario es obvia, no obstante, estas ingeniosas formas que extrae el autor de entre las grasas y los huesos hacen que las reses crucificadas se conviertan en expresión en el plano humano de lo abyecto y colaboren a quitar esa cuota de sobreactuación de quienes se autoproclaman defensores de la identidad y tradiciones de la Argentina.
Frente a estas obras y continuando con la utilización de recursos plásticos sencillos, las intervenciones sobre publicaciones de gastronomía de autor ofrecen un contrapunto que evidencia a otro tipo de consumidor, tan impostado como el anterior, pero con la mirada dirigida hacia otros lugares.
Alejandro Zuy