El toro por las astas de Garfunkel | Juanjo Calegari | para ARSOmnibus
Pablo Jantus, coordinador de www.arsomnibus.com asistió a “Apariciones”, en el taller de Aníbal Garfunkel para hablar del emblemático toro de 5,50 X 2,50 X 1,20 metros, que el artista expuso este invierno en el Senado de la Nación y que en octubre próximo estará cómodamente instalado, a las puertas de Expotrastienda 09, a partir del 16 de ese mes y durante los días que dure la feria, en el Centro de exposiciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; tal vez con mejor suerte que antes, porque al tercer día de su exhibición, en el Salón de las Provincias del Congreso y como la obra podía provocar más de un dolor de cabeza a ciertos políticos del establishment hubo que retirarla, sin hacer ruido y a pedido de legisladores y burócratas que, -montados en pánico- prefirieron interrumpir la visión del gran becerro en el sagrado recinto, ya que su sola y literal presencia fue tomada, en principio, como una directa alusión a la Guerra Gaucha: el interminable conflicto que Néstor Kirchner y su gobierno mantienen con sectores del campo, alineados -todos- a la más rancia terra-tenencia vacuna.
Lo cierto es que Garfunkel trabajó desde octubre de 2007 -dos años- en la serie Petróleo, a la que pertenece su codiciada -y temida- escultura utilitaria, titulada por él: ”living bull-oro macizo sobre oro negro”. En total, son unas 15 obras. Las primeras las vimos expuestas el año pasado en la galería RO de Roxana Olivieri y Damián Scher, y las últimas están en su taller de la calle Bulnes, junto a una nueva serie de nuevos trabajos que, dice el artista “recién están tomando forma”.
Con materiales incómodos para trabajar, nocivos y tóxicos -entre ellos, brea y pintura asfáltica- Garfunkel hizo una obra política pero, curiosamente, no en un clima de denuncia y plena de contenido simbólico: el toro emblema de los mercados financieros de Wall Street emerge de, o repta en un mar negro. Se hunde en el inconsciente de la historia y nos remonta a la antigüedad pre clásica, en la figura egipcia del ”Toro de las Ofrendas”, de el sagrado Libro de los Muertos, que acompañaba al faraón en su paso al más allá.
Tampoco hay que olvidar que el líquido, viscoso y oscuro elemento al que alude el escultor Garfunkel es nada más y nada menos que el eje de la economía mundial desde el siglo XX; que además traspasa éste, con la sinuosa consecuencia que viene generando, a un planeta acosado por su propia civilización. En noviembre 1975, el cineasta y escritor Pier Paolo Pasolini moría asesinado en el puerto de Ostia, tal vez no -según develan hoy estudiosos en Italia- como consecuencia de una vendetta sexual, sino porque en la novela que estaba terminando de escribir y que, obviamente quedó trunca, denunciaba con pelos y señales negociados del gobierno italiano con las potencias productoras del oro negro y mil ramificaciones más. Y Pasolini ya la había titulado antes de su martirio: también se llama ”Petróleo”.
La otra cita que no podemos eludir es la mención del mítico toro, como centro de la hecatombe. De eso trata el sacrificio narrado una y cien veces en la Ilíada y de eso se trata hoy: las potencias del mundo posmoderno asisten a veces desoladas, como los rostros que el artista plástico imprime en sus obras, y otras, el mundo entero -y los personajes que lo gobiernan- se muestra burlón y escéptico ante los vaivenes socioeconómicos que produce el fluído hidrocarburo.
La última imagen de Petróleo (el de Garfunkel) es un águila también empetrolada, pero de purísimas alas doradas, a punto de alzarse en vuelo o de rasguñar para siempre, sobre la negra ciénaga de donde proviene. Hay además algunas piezas más pequeñas y no por ello menos inquietantes y llamativas. Son las cabezas-trofeo de algunos políticos y “personalidades” de actualidad mediática, que también asoman de un dudoso mar, ensombrecido de horror en la oscuridad de sus almas ?.
Entusiasta, creativo, inteligente, tal vez la clave de este artista sea navegar un cauce armonioso y profundo, dentro del fárrago de novedades que uno ve a diario en los medios y en las galerías de arte: ésas que sólo buscan sorprender y sacudir los mercados; aquéllas que intentan un efecto admirativo, sin consecuencias estéticas y artísticas.
Juanjo Calegari
Toro n Wll Street
Publicado en el diario Página 12, lunes 17 de noviembre de 2008
El arte polémico protagoniza la feria Expotrastiendas de Buenos Aires | Diario de Navarra