Flotación | Ramona
Con un impactante montaje que involucra las paredes y hasta el piso y el zócalo, Aníbal Garfunkel invade nuevamente con sus pinturas, el espacio íntimo y amable de RO Galería de Arte.
Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del volumen del fluido desalojado.
¿Cuáles son las condiciones para la flotación de un cuerpo?
Una cierta intuición desata el instinto de supervivencia y los músculos responden. Sorpresivamente parecen saber qué hacer. Cargar los pulmones de aire y batir el fluido para acrecentar la ventaja del empuje hacia arriba.
Nadar.
No parece mantener el mismo sentido si el fluido en cuestión es el petróleo.
Y ya no preocupan tanto las leyes que lo harían vehículo del nado como la constatación de que es el líquido que nos rodea, la moneda corriente con que se mueve el mundo.
Energía: quien la posee detenta el poder.
Aníbal Garfunkel nos enfrenta a sus imágenes empetroladas, un denso caldo negro del que emergen algunas figuras solitarias moviéndose para abrirse paso hacia la superficie.
El grumo viscoso del fluido no parece complacer las leyes de la física y dudamos ¿de? que llegue a producir su empuje. Nos apiadamos del nadador.
Muy cercana y dócil sería la reflexión sobre las características de denuncia ecológica, donde no son ya los pingüinos, los que sufren la adherencia del hidrocarburo derramado. Sino que nos ha llegado a las orillas más cercanas y nos bañamos en él.
El gesto de un bañista o de otro, su brazada potente, la estela que deja al avanzar, la cabeza erguida en plena bocanada, su aire deportivo, nos sugiere que el que está allí,
está preocupado por otra cosa. Hay una meta más allá de la meta, un lugar a donde ir, otra orilla.
Todo el medio es hostil y se contrapone a esa vitalidad que sobrevive por arriba de la línea del ahogo.
Impronta esencial que lo define: efímera eternidad, esfuerzo inútil.
Hombre que nada en su propio fango, flotando con vigor sobre su propia nada.
¿Qué es lo que hace que persista en su esfuerzo? ¿Qué teorema misterioso lo mantiene a flote? ¿Qué intuición?
Quien posea la energía detentará el poder.
Trágico canto de esperanza. Oxímoron.
Luis Espinosa
Aníbal Garfunkel y el Black water
No me resulta fácil hablar sobre la obra reciente de Aníbal Garfunkel, pero no por ser de difícil acceso, sino, por el contrario, porque ella lo dice todo de manera categórica y sin posibles malos entendidos y segundas lecturas: Estamos empetrolados, o sea, zambullidos contra nuestra voluntad en un mar negro y muy espeso. En un mundo que ha hecho del petróleo una necesidad indispensable, cuando, en cambio, perturba el sistema ecológico, el paisaje, el aire que respiramos, la salud, la economía mundial y los usos políticos. O sea, nos está matando. No es una metáfora. Es una realidad.
Garfunkel, artista de la imagen, la percibió como quien saca una fotografía, no ya de la realidad obvia sino de esa realidad que se habla cuando se habla de economía y política. Lo dice tan claramente con la imagen, que las palabras sobran.
Si bien su obra no tiene la presencia del diseño gráfico –es por el contrario sensorialmente pictórica- tiene, si, la contundencia y la eficacia de las imágenes que desde las paredes nos gritan, tratando en lenguaje mudo de convencernos de algo.Cabezas humanas envueltas en la materia negra. Titulo de la muestra “Black water”.
Luis Felipe Noé.